Hola de nuevo. Tan solo 4 días después de publicar la última entrada de este blog titulada CAMBIO DE UBICACIÓN EN INTERNET publico esta otra. Sirve de revisión para su frase: “encontrar mi círculo de amigos y amigas locales, y fundar una familia”. Ya no estoy de acuerdo con ella –¡pero que rápido cambia este UliUli!–. A veces las transformaciones son paulatinas y otras se precipitan en un colapso que da pie a un salto cuántico. Este es uno de ellos –espero–.
Estas son mis reflexiones sobre las preguntas del título. Mis argumentos son femeninos en el sentido de estar basados en la síntesis de muchos datos internos y externos a mi, en una visión global multidimensional que intenta ir más allá de los estereotipos de la mentalidad convencional y también de la típica de quienes hemos conectado con la New Age. Intenta incluir, no solo el ideal de lo que supuestamente debería ser, sino también el lado que permanece oculto debido a su carácter supuestamente infernal, turbador, peligroso y antisocial.

La “monotribu” del título de esta nueva entrada se refiere a los proyectos comunitarios de todo tipo –incluidas las parejas sentimentales cerradas– que, en mayor o menos medida, “caen” en el error de volverse una secta endogámica y aislarse del resto del mundo creyendo que esta separación les va a librar de verse contaminados por las influencias externas. No son inclusivistas, sino exclusivistas. Se protegen mediante una sana intimidad, pero no llegan al punto de integrarse en la sociedad y de aprovechar todo su potencial de crecimiento. Son demasiado masculinas en el sentido de necesitar reglas fijas, análisis del proceso relacional, clasificación de roles y comportamientos ritualizados.
El espíritu comunitario vivido individualmente permite pertenecer a varias tribus. Unas veces será por convivencia y otras por proyectos concretos temporales, vínculos afectivos o visitas amistosas. Trata de encontrar la sintonía con el flujo planetario de nuestros tiempos y se adapta a diferentes tribus, grupos sociales, actividades profesionales y contextos relacionales. Es suficientemente femenino puesto que pone énfasis en los lazos internos anímicos, la improvisación de soluciones prácticas, el aprovechamiento de toda la fuerza de las circunstancias adversas para amoldarlas al propósito final y el instinto de procreación de algo nuevo.

Su flexibilidad no está carente de capacidad de compromiso ni de constancia en su labor concreta dentro de cada tribu. Tampoco excluye las preferencias personales, que más que individuales ya se han convertido en colectivas, puesto que están fuertemente influidas por la manera en la que el espíritu sutil de su ámbito de influencia social está respirando y se está moviendo por entre las redes que lo conforman. Sigue a la luz más potente en cada momento, al calor humano más cálido, y, a su vez, también se ocupa de acompañar el punto más oscuro y el eslabón más débil de la cadena humana. Es un elder.
En lo que atañe a mi interés por fundar una familia, me parece que sigue habiendo una limitación que no le gusta a mi alma. Me parece que lo de la pareja sentimental y el enamoramiento clásico forman parte de un pasado en el que buscaba la seguridad personal en un tipo de relación que, aunque muy edulcorante y cargada de mitología cultural, estaba mortalmente contaminada por la intención egoísta de comprar el afecto de una sola mujer a cambio de mi exclusividad sexual y el permiso para que nos domináramos mutuamente.

Así que RENUNCIO A LA PAREJA E INCLUSO A LAS AMANTES CON DERECHO A ROCE. Prefiero la amistad a secas, sin derecho y sin deber a nada. Prefiero la libertad de mi aspecto tántrico y aplicar la energía libidinal a todo mi mundo relacional respetando el juego de reciprocidad, las reglas implícitamente consensuadas del flirteo, la edad biológica, la especie animal de que se trate y la posibilidad del contacto carnal. También RENUNCIO A QUE MI EGO SE ENAMORE y arruine el principio de una bonita amistad duradera que, quién sabe, quizás incluya la posibilidad futura de un encuentro íntimo sexual.

El espíritu comunitario sintoniza con el poliamor. Muchos proyectos comunitarios han fracasado porque sus miembros se han mezclado sexualmente y enamorado egoicamente sin haberse liberado de los celos, las envidias, las venganzas o los abandonos por falta de tolerancia. Para inmunizarnos contra esta plaga anticomunitaria debemos de darnos libertad entre las integrantes del proyecto de que se trate y madurar hasta el punto de ver con buenos ojos que quienes nos interesan se relacionen íntimamente con otros miembros. Yo diría más. ¿Qué tal si, además de esto, pongo atención en facilitar el acercamiento entre ellos si dan muestras de interés común?
Me gusta la libre competencia respetuosa y que nos elijamos como parejas sexuales en el día a día por pura apetencia y no porque seamos parejas sentimentales. Esto quiere decir que el amor se mantiene vivo porque nada está asegurado. Si eres varón y prefieres a una chica de entre todas las demás, deberás representar para ella su mejor opción y hacerlo cooperando con los otros machos para que el grupo de hembras quede lo más satisfecho posible. Esto parece demasiado animal, pero, en la práctica, es la pura verdad de lo que La Naturaleza intenta que suceda, aún en contra de los miedos a la pérdida de los afectados y el sufrimiento consecuente por no ver satisfechos sus deseos.
Y si eres mujer te toca adiestrarte en el arte de manejar tu receptividad y la sutileza para provocar en tu hombre elegido el impulso del cortejo. Además, si estás empoderada, tienes a tu favor el don de la proactividad. A los hombres empoderados también les gusta que ellas tomen la iniciativa. En la crianza de sus hijos también lo hacen y favorece que el crio se sienta con permiso para explorar su mundo circundante.

¿Qué prefiere una mujer empoderada? ¿Un hombre sexualmente fiel o uno emocionalmente independiente? ¿Uno que la mantenga a ella y a sus descendientes o uno que desarrolle su vocación profesional aunque solo le dé para mantenerse a él? ¿Uno que necesite reconocimiento público de la relación de intimidad o uno que sepa cuidar la confidencialidad si es eso lo que la mujer necesita? ¿Uno que pase todo su tiempo libre con ella y sus hijos, tanto si son comunes como si no, o uno que la deje espacio y tiempo para su vida privada y profesional, si la tuviera? ¿Uno que exija sexo para evitar masturbarse o uno que se busque la vida con él mismo o con otras? ¿Uno que necesite convivir para no sentirse solo o uno que disponga de un espacio propio para ofrecérselo como nidito de amor cuando sea menester? ¿Uno que necesite contarle todos sus retos superados en el día a día o uno que mantenga el misterio y se interese por el estado anímico de la mujer? ¿Uno que tenga muchas crisis existenciales y no le eche suficiente valor para superarlas o uno que sea honesto y las afronte aún a riesgo de perder la amistad con ella? ¿Uno que sepa estar con otros hombres o uno que se esconda de ellos entre sus faldas o las de otras? ¿Uno que sepa hacer el mantenimiento de las averías de la casa o uno que tenga capacidad resolutiva y presencia masculina? ¿Uno que la adore en una jaula de oro o uno que la ame en libertad? ¿Uno que vea en ella un chocho con patas o uno que la admire como ser humano? ¿Un coche de fórmula 1 o un todo-terreno? ¿Un místico afeminado o un tierno macho alfa? ¿Uno que cree que debe saber todas las respuestas o uno que sabe dialogar para encontrarlas juntas? ¿Uno que guarda silencio por miedo a resultar brusco o uno que comparte su sentir aunque le resulte doloroso confesarlo?
El poliamor incluye el respeto por la intimidad, la confidencialidad y las necesidades personales de cada uno de los miembros de la relación poliamorosa. No implica un rechazo al hecho de que dos seres humanos vayan decidiendo compartir sexo solo entre ellos. Y no mejora en calidad cuantos más seres participen de la relación poliamorosa. Se centra en la calidad de los encuentros, en su frescura, su inspiración, su tensión creativa, su libertad individual para experimentar y su potencial transformador.
Mi error fue creer que el “te quiero” que me decía mi última amante después de hacer el amor y antes de despedirse significaba necesariamente que me quería como pareja y para siempre, que estaba enamorada de mí, que deseaba tener varios hijos conmigo, fundar una familia, seguir mis consejos, cambiar aquellos aspectos de su personalidad que no me gustaban, acompañarme a visitar a mi familia por Navidad, casarse y estar todas las noches ansiosa por llevarme a la cama. En estos casos mi consejo sería: antes de jugártela suponiendo, procura consensuar los significados del lenguaje íntimo con la otra implicada.
En lugar de luchar abierta o disimuladamente por adaptar a la chica en cuestión a mis gustos, mis ideales, mis necesidades o mis expectativas, prefiero disfrutar de lo que me gusta de ella con ella y de lo que me gusta de otras con otras. Yo, hoy, lo veo así de sencillo. Puede que, con el tiempo, te ocurra que te llegue a gustar todo de alguien por el simple hecho de que el vínculo amoroso lo acepte todo por igual y acabes enamorándote espiritualmente. Pero si eso ocurre al principio me parece muy sospechoso. Si te está sucediendo justo ahora y estás en ese momento precioso de comenzar un idilio este artículo te va a dejar, como mínimo, pensativo. Lo siento.
Resumen: Debemos evitar tomar a la tribu por nuestro padre y a la pareja por nuestra madre. Mientras estemos en este aprendizaje recordemos que nuestra identidad y pertenencia son solo temporales y relativas. Y recordemos que nuestro amor especial por quien quiera que sea es un reflejo del amor incondicional que nos da la vida a todas constantemente. Está en todo y en todos por igual. Las preferencias son naturales, ¡disfrutémoslas!, pero entrañan un riesgo: el apego posesivo.
El tema de la crianza en grupo familiar o comunitario lo dejo para otra ocasión.
Para quienes no sean heterosexuales también está dirigida esta entrada aunque no les mencione explícitamente.
Bibliografía en la que baso esta exposición (solo un par de libros para no cansar al lector):
La represión del deseo materno y el estado de sumisión inconsciente de Casilda Rodrígañez y Ana Cachafeiro.
Sentados en el fuego de Arnlod Mindell.
Dedicatoria:
A una chica en concreto que sabrá que me refiero a ella si lee este texto.
A todas las mujeres de mi vida.

Ulises Libre en Sanet i Negrals (Alicante) a 14 de febrero de 2023.
Día de los enamorados (me acabo de dar cuenta, ¡que coincidencia, justo la fecha en que declaro mi firme voluntad de no dejar a mi ego que siga enamorado!).